Quiero equivocarme una y otra vez.
No importa cuántas veces “falle”, siempre habrá algo que será liberado.
Es en este ensayo y error en donde las ideas fluyen libremente. Que fluya como un río, y aunque inunde y mate a algunas personas, el resultado puede ser majestuoso… o quizás no, pero qué importa.
Es la expresión más pura, una improvisación dejada llevar por la emoción y el sentimiento del momento en el tiempo, en el espacio.
Es simplemente el liberar sin ataduras, sin un camino complejo ni esquematizado, las ideas, pensamientos, opiniones del ser. ¿Cómo liberar el alma si intentamos encasillarla una y otra vez en la razón?
Algo así como embriagarse y vomitar toda tu mente y expresarla en una obra. Una pintura, un dibujo, una escultura, una película, una acción, un elemento, una frase, un texto, un libro, un discurso, un reto, una forma de vida.
Quiero vomitar mi cerebro, ponerle nombre y dejarlo en medio de la calle sobre unas manos humanas.
